En Estado Crítico: «Losing Battles»


Por Cristina

Perder batallas… es mejor que no haber batallado jamás

O bien: no quedarse nunca atascado, no paralizarse, no dejar de hacer… para no arrepentirse. Quizá eso es lo irreal y lo maravilloso de las series de televisión… que en ellas los personajes nunca se detienen. Y si se detienen, su parada se pone de manifiesto como un problema o como un punto de partida.Mientras que en la vida real… ¿cuántas veces nos quedamos detenidos, atascados, parados, sometidos?

Me da la sensación de que los médicos de Private Practice han regresado después de haber estado parados. Lo cierto es que los capítulos me pasaban por las narices con levedad, casi con banalidad… Pero ahora, por fin, todos deciden salir a navegar (lo hagan bien o lo hagan mal). Y creo que eso es lo que les devuelve su esencia, su interés, al menos para mí.

¿No parecían un poco alejados de toda realidad? ¿Demasiado sumidos en su mundo, en las relaciones que se tejían entre ellos? Los personajes secundarios, los casos médicos, parecían apenas rozarles si no tenían mucho que ver con ellos (e incluso así, pienso en la amiga-no-amiga de Amelia en su retiro de rehabilitación y apenas la recuerdo –y ella tampoco parece hacerlo–).

Quizá me gusta que los personajes ‘hagan’, ‘actúen’, ‘naveguen’ aun a riesgo de que naufraguen… o quizá precisamente por eso. Porque nos dan la oportunidad de naufragar con ellos, de caer, de intentarlo pero de manera vicaria, sin que nosotros suframos, sin ponernos en riesgo.No me gustan –o no los disfruto tanto– cuando están a salvo sumergidos en una mentira o aislados o a salvo en un cuento de hadas.

Necesito que vivan lo que yo podría vivir, necesito que me ayuden, que me enseñen trozos de la vida, que me pongan las piedras para vadear. Igual parezco trascendental, pero es que realmente pienso que –sin saber– aprendemos mucho de los médicos alocados de Private Practice. ¿Quién no habrá pensado, en alguna ocasión, por ejemplo «Debería ser menos terca» ante alguna escena de Violet o «Debería ser menos caprichosa» ante algún exabrupto de Naomi?

Han vuelto. Han vuelto para meter la pata. Para que nos enlodemos con ellos. Eso es lo único que merece la pena.


Addison por fin abre esa burbuja ideal (y en cierta medida falsa) y reconoce, por un lado, que hay algo que no está bien con ella y, por otro, asume (¡por fin!) que su deseo de tener un bebé no puede enmascarar –esto es, disfrazar, ocultar, hacer desaparecer– su vida. Por fin dejó a Sam, después de que todos nos preguntáramos cómo una persona tan implicada (y no añado complementos, tan implicada siempre con todo) podía consentirse a sí misma estar con una persona tan poco implicada como Sam. Cómo podía permitirle estar sin estar, quererla sin querer lo que ella quería… Ahora parece que Addison va a dejar de ocultarse detrás del deseo de tener un bebé. Queremos que meta la pata en el lodo, no que meta el pico en la arena como un avestruz. ¿Por qué? Porque queremos que viva, no que nos cuente un cuento. El cuento de cómo fue mamá. Queremos que lo viva y, de momento, no parecía sino estar contando un cuento: a Jake, a Sam, a sí misma…

Y Sam ha salido del cuento… coquetea con otro cuento que lo mantenga a salvo de la vida real, el del ligoteo, pero él mismo enseguida se da cuenta de que no es lo que quiera, de que él está buscando something real. Y entonces… solo al final del capítulo (y yo creo que un microsegundo antes de que Jake aparezca en la terraza de Addison) se da cuenta de que él ha sido tan tozudo como Addison, de que esa tozudez no merece la pena porque en realidad lo está alejando de la vida. Y de que él quiere… vida real.

No sé si hay historia todavía para Sam o Addison, pero sí me gustaría ver a Sam sufrir un poco (para descubrir que está viva, que no está por encima de todas las cosas, que su amor por Addison era amor por Addison y no simplemente un amor que se contaban unos a otros).

Más amor me parecen la tres o cuatro deliciosas escenas que Addie ha compartido con Jake; sí, esas sutiles en las que asoma un amor… ¡adolescente!, casi embarazoso, inocente, naif casi, tontorrón, simple, que se basta con una caricia en la mano, con una mirada o con una frase que se puede entender de muchas maneras distintas. Sí, ese amor adolescente que por ser tan espontáneo, tan irrefrenable y tan puro puede desencadenar todos los desastres. Queremos ver más de ese amor. Y de las sombras que trae con él.


En medio de las sombras del amor perdido están Violet y Pete. Para mí se habían convertido en personajes totalmente agónicos: juzgaba que estaban explotando lados poco ricos de estos personajes (Violet encastillada en no sé sabe qué, ya no era tozudez, era simplemente annoyance, era simplemente su capacidad para ser molesta), Pete encastillado en una especie de victimismo que le brota luego de manera agresiva. No me gustaban nada, no solo por sus actitudes, sino porque no me recordaban para nada a los Pete y Violet que se enamoraron, a la loca Violet que destrozaba la bicicleta de Alan, al Pete ligón que besaba a Addie por primera vez y le decía que volviera a por más (ni siquiera ligando el otro día en el bar me lo recordó).

Estaban como muertos, repitiendo una y otra vez una escena que ya habían visto. Pero han vuelto. Y creo que ahora se puede ver la riqueza de estos dos personajes: cómo el uno tira del otro. Gracias a Joanna resurge Violet, la verdadera, la auténtica, la que asume riesgos, la que hace aquello en lo que cree hasta el final (no la Violet que inexplicablemente se olvidó de que Betsie existía; no la Violet que olvidó que tenía un hijo y de cómo había estado a punto de perderlo para irse a hacer una gira con su libro); la Violet que perdonó a Katie (¿se llamaba Katie?), la Violet a la que pueden acuchillar por su compromiso.

Esa es la Violet que nos gusta: la tozuda, pero la tozuda con objetivos, con creencias, con impulsos, no la tozuda solo tozuda, estancada en su tozudez. Personalmente, sin entrar a valorar si hizo bien o no, me ha gustado verla de vuelta. Y a Pete con ella: porque cuando ella regresa, inevitablemente, él tiene que regresar (su preocupación, su manera de contestar same thing cuando ella le pregunta qué habría hecho él), él reconoce en ella a la persona que amaba y se des-oculta.

No neguemos, eso sí, el papel que merece el gallardísimo Scott en todo esto. La pureza y la virilidad. ¿Quizá es eso lo que necesita Violet para no sentirse terapeuta, para no sentirse sino mujer y para sentir que es capaz de disfrutar, que lo merece, que tiene derecho a ello?


Y luego tenemos a Cooper, que está luchando por adquirir derechos legales. De Cooper me puede su sinceridad eterna. Su sinceridad de niño mayor, que se echa a llorar cuando reconoce en sí mismo sentimientos encontrados, sentimientos que, como niño puro que es, considera que no debería albergar. Cooper es bueno y lo aterra la maldad. Me encanta verlo siempre en el mundo blanco y negro en el que debe ser el rescatador. Los grises son más bien cosa de Charlotte, que adora sus  blancos y negros pero sabe poner los grises. O sabe poner el hombro para las lágrimas.

¿Quién es esta nueva Charlotte tan… generosa sin que se note? Es una Charlotte mejor. Quizá todos nos preguntamos qué tal le sentaría a Charlotte ser madre, pero lo cierto es que esa pregunta no parece adecuada sino ahora, ahora que la hemos visto con Mason: ahora que la hemos visto con Mason y que nos damos cuenta de que no deja de ser Charlotte, de que no pierde su esencia, de que sigue siendo ella, con su carácter.

Y por eso ahora, a mí no me importaría ahora que fuera madre. No me parece increíble, ni imposible: no me parece un ultraje al personaje… Porque es un gran personaje. Cómo le quita las manos de encima al marido de Joanna y todos vemos todavía los recuerdos que se ciernen sobre ella.

Y no hablo de Sheldon y su decisión de buscar el amor, venga de donde venga, del gimnasio o de unas copas…, porque… ¿quizá está parado ahí? Y no hablo de Amelia, frotando el reloj en su muñeca… aunque sí que ha intentado arrancar del colapso ofreciéndose como vientre de alquiler. Tampoco lo vería increíble.

Me ha parecido muy bien traída la oferta y la respuesta de Addie me parece inquietante: por lo generosa… y por lo que denota de cómo en realidad, no está preparada aún para ser madre. Quiere y no quiere. Acaricia la idea pero luego la deja marchar… Su deseo de ser madre me parece más bien un empecinamiento, una idea inserta entre ceja y ceja. Y parece que en esta ocasión se descabalga de ella. Soltémonos el pelo, salgamos con paramédicos, vayamos a ligar al gimnasio, ofrezcámonos como vientres de alquiler… pero hagamos algo, vivamos.

Cuando la luz incide en el agua como si estuviera llegando de la mano

Y siento el temblor en la espalda

Cuando sus palabras están en mis labios, como yo pensaba de ellos me

Hay un montón de cosas que no entiendo

Mauro: Gracias Cristina por tu reseña, muy buena por cierto. Esperemos que les haya gustado y esperamos estar de vuelta para el episodio del 2 de febrero. 

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6 comentarios

  1. Maria

     /  25 enero, 2012

    Me ha gustado mucho tu EEC!!! Muy de acuerdo en casi todo… Jejeje, sobre todo en el tema de Addi, Cooper y Charlotte. Esperando con ansias un nuevo capítulo! 😛

  2. carls

     /  25 enero, 2012

    Si Cristina a mi también me gusto mucho tu comentario, y es cierto que pusieron los personajes al límite, aunque lo de Joanna no fue tan impactante porque la toma que pusieron de la charola y el cuchillo super grande era evidente que iba a pasar.
    Pero me gusto y parece que se avecina más drama con lo de Erica, pero a mi un hijo de Charlotte tampoco se me hace descabellado, ya que si no mal recuerdo cuando Charlotte y Cooper peleaban sobre tener hijos, Charlotte confeso que le daba miedo que no la quisieran y con Mason se da cuenta que puede ser madre.

  3. LauBcn

     /  25 enero, 2012

    Muy bien! De acuerdo en todo. Me aventuraría a decir que ahora los que siguen en ese bucle es, el primero, Sheldon. Que le han ido metiendo poco a poco, ha sido el apoyo de todos y ahora está sumido en sí mismo, sin saber salir. Intenta evadirse con el ligoteo, pero no las tiene todas consigo. Y la segunda, Amelia, que ya sabe que debe cambiar y ahora que tiene reciente el blanco y el negro (como bien has comentado con Cooper), quiere posicionarse en los blancos, de una forma un tanto ‘forzada’ (Grande Addie, por darse cuenta).
    Y x último… yo en que Charlotte y Cooper tuvieran un hijo, lo pensé en un par de ocasiones, pero hubo un momento, cuando Amelia le estaba comentando lo de Erica, en el despacho de Charlotte, ella estaba sentada tocándose la barriga, y digo.. hay Dios! a que nos la embarazan!! me pareció genial.. (es más tiene q ser gracioso)
    Ale.. no me enrollo más, Gracias por este buen EEC!!
    Saludos,

  4. andreanatomy

     /  25 enero, 2012

    Muy grande el EEC! Creo que refleja lo que pensamos la mayoria de fans de PP!

  5. 1rina

     /  26 enero, 2012

    No puedo ver private practice en españo onlinel!!!! 😦

  6. mauib

     /  28 enero, 2012

    Gracias Cris, pues a mi Scott se me hace un punto bueno para Violet y que por despegue el personaje, estan mejor solo y aunque Charlotte no brillo demasiado es el mejor personaje de la serie, quiero que Addison obtenga lo que quiere pero que no vuelva con Sam. Aunque Sam y Sheldon en el gimnasio y con los perfiles fue muy gracioso.
    Me gusto tu punto de vista Cristina

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